“Maganda”, que significa “hermosa” en tagalo, es la edición que hice de los videoclips que grabé en Manila como parte de una investigación para un proyecto de largometraje llamado “Ifigenia en Manila”. Este largometraje es la versión más larga de mi anterior cortometraje “La noche de Ifigenia”. Esta es una historia que tiene lugar en la peligrosa “Manila”, donde nuestro personaje principal tiene que sobrevivir después de ser atacado por la mafia local y la policía. Mientras visitábamos los barrios marginales más peligrosos de la ciudad, estaba mentalmente preparado para encontrarme con un lugar hostil y peligroso, pero lo que encontré allí fue totalmente inesperado. Pude experimentar cómo esas personas, incluso si no son capaces de vivir en un ambiente limpio y adecuado, aún pueden encontrar la manera de construir su felicidad y seguir adelante con sus vidas. Los estándares de vida eran totalmente diferentes a los de la sociedad occidental: la sensación de privacidad era mucho más laxa, las personas no tenían miedo de mostrar sus espacios y se encontraban con personas durmiendo y viviendo sin puertas ni paredes. Aunque todos me lo permitieron, no fue fácil entrar a las casas de las personas con mi cámara, pero al mismo tiempo sentí que era una oportunidad única para demostrar que definitivamente existía una belleza pura y sincera en ese lugar. Fui allí con el propósito de fotografiar un lugar aterrador, pero regresé humillado y deshaciéndome de muchas excusas para los problemas que me esperaban en mi cómoda vida en Taiwán. Esta es probablemente una de las experiencias más únicas que sentí con mi cámara, donde grabarlos fue la excusa perfecta para llegar a sus almas y experimentar su humildad y hermosos corazones. Por eso quería resaltar esa impresión de belleza triste también en el título.